Grandes Enigmas de la Historia en DVD, una magnífica colección de documentales que, con dramatizaciones muy reales, cuidado esmero y profundidad, tratan los más interesantes misterios de la Historia.
Pueblos y civilizaciones desaparecidos para siempre de manera inexplicable, reliquias religiosas cuya autenticidad, como la Sábana Santa o el Santo Grial se sigue discutiendo en la actualidad, personajes legendarios –sabios, reyes o adivinos– a caballo entre la realidad y el mito, supuestos monstruos y criaturas que rayan lo fantástico.
Al igual que ocurre con el Lignum Crucis, otro de los grandes símbolos de la cristiandad, la auténtica naturaleza de la Sábana Santa sigue siendo para muchos un problema hasta hoy sin resolver. En la catedral de Turín se guarda desde 1578 hasta hoy un lienzo que la Iglesia católica reconoce como la sábana con la que se amortajó a Jesús después de que Nicodemo lo descendiera de la cruz. Pero ¿es éste lienzo de Turín el auténtico sudario de Cristo?
El Sudario de Turín —también conocido como la Síndone de Turín, la Sábana Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, junto a otros totalmente atípicos, pero acordes con los hechos relatados en la Pasión.
Actualmente se encuentra en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia). Muchas personas creen que se trata de la misma tela que cubrió a Jesús de Nazaret en el sepulcro, y que durante su resurrección su efigie quedó grabada de algún modo en las fibras. Los escépticos arguyen que el sudario es un fraude o falsificación medieval. El origen del sudario y sus imágenes es todavía fuente de intenso debate entre científicos, creyentes, historiadores y escritores.
Las evidencias y argumentos a favor de la autenticidad del sudario incluyen análisis materiales y textiles que fechan su origen en el siglo I; las propiedades inusuales de la imagen, que según algunos no pudo ser obtenida con ninguna técnica de formación de imágenes conocida antes del siglo XIX; por otra parte análisis y argumentos en contra que incluyen una carta de un obispo medieval al Papa de Aviñón alegando conocimiento personal de que la imagen fue astutamente pintada para sacar dinero de los peregrinos, la datación radiométrica de 1988, y análisis químicos sobre las manchas de Walter McCrone que concluye que las supuestas «manchas de sangre» no son más que un mero pigmento.
La máxima discusión gira en torno a su datación por el método del carbono 14 realizadas en 1988 que apuntaban a un origen medieval del paño; para algunos esta datación, ha zanjado para siempre el asunto demostrando que el sudario es una falsificación del siglo XIV (aún pendiente de determinar como se realizó). Por otra parte los detractores del C-14 argumentan que la datación por este sistema es errónea ya que la tela esta muy contaminada y no sabemos hasta que punto la formación de la imagen o los tres incendios por los que paso el lino pudieron afectar a su composición química.
El diálogo es muy difícil, puesto que tanto escépticos como defensores tienden a adoptar posiciones muy cerradas sobre la causa de la formación de la imagen. Por ello, es posible que nunca se encuentre una explicación al hecho que sea del agrado de todos.

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