En julio de 1958 se produjo en Madrid un crimen extraño, de tintes novelescos, que todavía hoy sigue estremeciéndonos ante la magnitud de los hechos: un prestamista, su mujer, su criada y su socio aparecieron muertos presentando signos de gran violencia.
La policía está desconcertada. El turbio negocio de los asesinados amplía el número de sospechosos hasta una cifra imposible de investigar. Pero, en un golpe de suerte, el asesino comete un error fatal y lleva sus ensangrentadas ropas al tinte.
TRAILER
Director: Juan Antonio Bardem.
Reparto: Sancho Gracia, María José Alfonso, José Manuel Cervino, Miguel Palenzuela, Ricardo Palacios, María Jesús Hoyos.
Juan Antonio Bardem vivió en la misma calle de Lope de Rueda, en el tiempo y en el escenario del crimen, cuando todavía se oían los rugidos de la Casa de Fieras del Retiro. Fue vecino del personaje. El director reconstruye la vida de Jarabo y las investigaciones policiales entre la noche del sábado 19 de julio y la detención, y condensa más rápidamente los interrogatorios, el juicio -"un juicio de alta sociedad"- y el ajusticiamiento. Gran parte del relato se centra en esas dos extrañas noches del criminal: la primera, dentro de la vivienda con los tres cadáveres, y la segunda, de juerga con putas."Me fascinó", cuenta su experiencia el realizador Juan Antonio Bardem, "cómo emplea el tiempo Jarabo, a quien Sancho Gracia interpreta espléndidamente. Es un personaje prepotente, tiene ese orgullo de quien se siente, aunque sea inconscientemente, protegido y amparado por su clase, utiliza esa frase que tantas veces hemos oído en la broncas de cabaré -'Usted no sabe con quién está hablando'- y cree en esa idea de que todos somos iguales, pero unos más iguales que otros. Al mismo tiempo se comporta al estilo de los caballeros. Sabe que la criada es inocente, y a la señora casi le pide perdón antes de matarla. Mata sin pensar, por venganza ciega. Quizá no hubiera asesinado si Emilio Fernández le hubiera tratado como esperaba de su rango, y ahí aflora el elemento psicopático. Como ocurre en todos estos casos, hay algo que lo hace atractivo y a la vez repelente. Me propusieron realizar este episodio y acepté. De haber podido elegir, yo habría elegido éste, porque es el crimen de un señorito y no, como ocurre casi siempre, del lumpen, de los marginados. Lo único que siento es no haber tenido más tiempo y dinero para hacer una película larga, aunque me excedí deliberadamente unos 20 minutos más de la duración presupuestada, porque no se trata de hacer el capítulo de un telefilme norteamericano de acción".
Etiquetas: Serie: Huellas del Crimen
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio